Mi blog se muere y lo noto. Como nos pasará a todos algún día y a otros ya les ha pasado y en estos días, por lo menos en España, se contribuye al negocio que en este sentido está montado por la costumbre de ir a visitar al cementerio a nuestros seres queridos.
Millares de personas limpiando y adecentando tumbas, nichos y panteones, comprando esas flores naturales tan bonitas para depositarlas en el lugar en el que yacen nuestros familiares. Y otras personas más prácticas en este sentido, ya que las flores se marchitan, compran flores de material plástico con el fin de que les duren hasta el año próximo en el que volverán a esa cita ineludible. Unos porque lo ven como una obligación, otros por el qué dirán de su abandono y otros porque verdaderamente era un ser querido para ellos.
Lo que para unos es un sufrimiento, para otros es un negocio y mucho capital se mueve en torno a los fallecimientos: Seguros de vida, seguros de decesos, tanatorios, crematorios, propiedades en los cementerios, urnas, nichos con mármoles grabados, panteones acristalados, estatuas, flores…
Y muchos dejan escrito o dicho de palabra, lo que quieren que se haga con su cuerpo una vez haya fallecido, que lo quemen, que echen sus cenizas al mar, que lo entierren, que donen sus órganos…
Y yo me pregunto…
¿Hasta cuando?
¿Cambiará en el futuro la postura que tenemos ahora hacia los fallecidos o por el contrario este negocio para algunos a costa del sufrimiento de otros, irá en aumento?
Algún día, tal vez lejano, cambie nuestra forma de ver las cosas y quien sabe si a lo que ahora le damos tanta importancia, en el futuro no le demos ninguna...
Qué ingenuos somos…