domingo, 28 de febrero de 2010

¿Qué nos está pasando?




Cada vez que lo pienso, más cuenta me doy de hasta donde hemos llegado y que al parecer, sumidos en lo que podíamos definir como un conformismo en muchos asuntos, seguimos un equivocado camino en el que apoyamos lo que directamente nos perjudica.

Nos hemos vuelto insensibles a grandes problemas e injusticias que ocurren no solo en nuestro país o en nuestro continente, sino a nivel mundial.


Pensaréis que soy muy pesado y repetitivo con este tema, pero debería de ser impensable que a estas alturas, sigan muriendo muchos miles de personas de hambre y sed. O que se permita que personas sin escrúpulos, mantengan a países sometidos y bajo fuertes dictaduras. O que se cometan atrocidades y crímenes amparándose en sus costumbres, en sus leyes o sin estas…



Los vencedores de la segunda guerra mundial, no supieron establecer un nuevo orden mundial en el que a través de una organización superior y compuesta y representada por todos, fuera ahora la que llevara las riendas de la humanidad. Y tal vez ahora se respetarían los derechos humanos, no habría lugar para dictadores y las religiones no marcarían el rumbo de algunos países.


La humanidad se merece algo mejor que lo que tiene ahora y habrá que buscar el momento oportuno para conseguir vivir en una sociedad sana, justa y sin carencias, independientemente del lugar del planeta en donde se viva.


No hay razón alguna para que nadie maneje a su antojo a millones de personas y todo debería seguir la misma línea de convivencia para conseguir una sociedad mejor. Y esto es tarea de todos los gobernantes el actuar en aras de conseguir un gran objetivo para la humanidad, un mundo de primer orden para todos y no sólo para unos cuantos países.


La ONU perdió su fuerza mundial por dejarse arrastrar por los vencedores de la segunda guerra mundial y dar mayor poder a algunos países, en detrimento de otros, por lo que no es del todo justa y no representa la voluntad de todos los pueblos.



Para que una organización de estas características tuviera éxito tendría que tener una composición acorde a los que representa y defender los intereses de todos, desvinculando el poder religioso o el poder del interés, a favor de aferrarse al poder humano.


Habría que aceptar su supremacía, aceptando todas las normas y leyes que se aprobaran para conseguir grandes logros y beneficios para todos. Y por supuesto, con el compromiso de todos los países de acatar sus resoluciones, que serían las resoluciones que marca la humanidad y no como ahora la de unos pocos.


Se fomentaría la cooperación, se erradicaría el terrorismo pues ya no tendría razón de ser, se acabarían las guerras porque todos tendrían que acatar las resoluciones que marque para todos esta organización, se acabaría con las injusticias porque todos tendríamos unas leyes justas y reconocidas por todos…



Todo eso y mucho más podríamos conseguir, si existiera un orden mundial en el que todos los ciudadanos, de todos los países, tuvieran los mismos deberes y derechos, las mismas leyes y la misma idea de pertenecer a la humanidad, independientemente de la ideología política o religiosa que tuvieran.


Y se acabaría con lo más importante, con las guerras, porque con sólo una fuerza mundial repartida por todo el planeta a modo de disuasión, aseguraría la paz mundial.


Pero… ¿Para qué vivir en un mundo mejor, todos, pudiendo vivir mal muchos y bien pocos?


Sigo opinando que Europa y los Estados Unidos entre otros, tienen la respuesta, porque son los que más tienen que ceder para lograr un objetivo de esta envergadura. Pero si miraran más allá de lo que atañe al futuro inmediato, verían que conseguir algo así, sería bueno para todos y su recompensa sería el haber logrado que la humanidad, tenga algo que agradecerles y no como hasta ahora…

domingo, 7 de febrero de 2010

Siendo como uno es.


Estimados lectores:

Provisionalmente voy a dejar durante un tiempo el publicar en este blog para poder afrontar algunos proyectos y colaboraciones, pero volveré en breve.

Y además, en parte, prácticamente ya está todo dicho o al menos lo que quería hacer llegar. Y me consta que no ha servido para nada, porque todo sigue igual o peor, nada ha cambiado o todo ha ido a peor.

La solidaridad que antes había con otros pueblos ha desaparecido porque ahora los problemas los tienen los que se mostraban solidarios, porque los más humildes eran quizás los que más se volcaban en ayudar a los demás, pero ahora ¿Quién les tiende la mano a ellos? Y quienes se acuerdan y atienden a ellos, ¿Quién se acuerda de los demás?

Nos falta mucho por aprender y casi diría que tenemos lo que nos merecemos por no haber puesto solución antes, a nuestros problemas. Problemas, que se veían llegar y nadie ha hecho nada por solucionarlos. Ya no me sirve que unos echen la culpa a los otros o que todos hayamos consentido llegar a donde estamos ahora. Lo único que me sirve es que se trace una línea y a partir de ahí, se vuelvan a hacer las cosas bien para que todos podamos vivir mejor.

Y cuando digo todos, me refiero a todos, no a los cuatro de siempre que por tener un patrimonio que les ha venido de familia o que gracias a lo que han podido alijar como botín de los incautos, les hace estar por encima del resto, porque aunque es triste, tanto tienes tanto vales, al menos en una sociedad que se mueve a golpe de talonario y en donde el dinero es lo más importante.

Que nadie me diga que es más importante el amor o la salud, porque prefiero estar mal de salud con dinero que sin dinero o falto de amor con dinero que sin dinero. Esa es la diferencia y siempre el maldito dinero ayuda a tener una vida mejor.

En estos días he visto como nos manejan a su antojo y consiguen que todo el mundo se vuelque con Haití tras el dramático episodio que están pasando. Pero me choca terriblemente el ver que diariamente siguen muriendo personas de hambre y de sed en otros sitios y a nadie le importa.

Mucho mejor sería la constancia en las ayudas a través de una u otra ONG, que aunque sea pequeña la cantidad, si siempre se colabora, algo llegará para satisfacer las necesidades de los que no tienen nada.

Ahora me doy cuenta de la labor que muchas iglesias están llevando a cabo con los más necesitados, aquellos que se quedaron sin trabajo, sin casa y con una familia a cuestas, que ahora reciben la ayuda de esos curas de barrio que con los pocos recursos que les ha dejado el gobierno y con la caridad, resuelven las carencias de muchos ciudadanos.

Espero que algún día, hagamos las cosas bien, aprendamos de nuestros errores y hagamos las cosas porque nos nace hacerlas y no, porque nos las meten tanto en la cabeza que al final actuamos como eso, masa…

martes, 2 de febrero de 2010

Un buen partido político para mi.

Da igual que esté lleno o vacío, nada hacen por mi...



Me acabo de inventar un partido político para mi. Y no es que sea en plan egoísta, es que me lo he inventado de tal forma que me sirva y me defienda a mi y a todos. Claro que para eso, para que me defienda y defienda mis intereses, tiene que pensar en mi y no solamente en él.


Para que este partido político piense en mi, tiene que saber de mi, lo que hago, mi trabajo, mis gastos, mis ideas morales y religiosas, mis tendencias sexuales, mis costumbres e incluso lo que busco para mi bienestar.


Para que todo esto se cumpla tiene que haber en el partido político una representación de las personas que piensan como yo, aunque es muy difícil coincidir en todas las cuestiones, pero sí es más sencillo que individualmente algunas personas piensen como yo o que coincidan en mi sector laboral.


Y si en mi sector laboral somos 500.000 de 50.000.000 millones de personas, ese medio millón de personas del mismo sector, tienen que tener representatividad en el partido político en la medida que le corresponde. Porque no se puede dejar a medio millón de personas y que pertenecen a un sector o a un colectivo sin que esté debidamente representado en su justa medida.


Y así, todos los colectivos todos los sectores representados en la cuantía que les corresponda. Y la formación de los partidos políticos, sería exacta en representación en unos y otros, por lo que siempre pensarían en mi y en mis intereses.


Todos los partidos buscarían el bien común y general sin ocasionar graves perjuicios ni detrimentos sin que nadie les pueda decir que lo que están aplicando o haciendo está mal o que nos perjudica.


Y esto habría que aplicarlo a todos los sectores y colectivos para que estén debidamente representados por sus partidos políticos, porque de nada vale el que no me representen, porque no luchará nadie por mis derechos, ni por lo que me interesa, ni por lo que quiero para mi país, ni de lo que exijo a la justicia, ni de lo que exijo a los que me representan, ni lo que quiero para el futuro de mis hijos.


Por eso sería razonable que cuando votara a uno u otro partido político, me diera casi igual quien saliera, porque saliera quien saliera o ganara quien ganara, siempre estaría representado en cualquier partido político de mi país, porque en todos los partidos, habrían personas que coinciden en mi sector y seguiría estando representado y con mis intereses defendidos por quienes pertenecen a él.


Si además de estar debidamente representado, voto por la ideología política que más me convence, si somos mayoría ganaremos las elecciones. Y si no, me dará igual, porque estaré debidamente representado por cualquier partido político, que antepondrá mis intereses a los de su partido y sindicatos.


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