jueves, 12 de abril de 2012

El consejo de la estrella fugaz a la Luna


Labraba sin descanso la Luna, para plantar semillas de amor en el corazón de una hermosa mujer, porque observó que se encontraba muy triste al romper para siempre con la persona que amaba y quería que se volvieran a juntar…

Entonces fue cuando una estrella fugaz a su paso se detuvo y le dijo:


“No esperes que algo pueda florecer en ese corazón si no lo siembras primero con un nuevo amor”.


La Luna quedó pensativa un instante y decidió buscar otra parcela en el corazón de la mujer.

Lo labró y sembró de nuevo, quedando ella misma sorprendida al observar que la estrella fugaz tenía razón. La mujer necesitaba un nuevo amor y no luchar por el que ya estaba perdido para siempre. “Eso solo le haría sufrir sin recibir nunca, nada bueno a cambio” pensó la Luna.


La estrella fugaz se sintió feliz al comprobar que el deseo que en sueños le pidió la muchacha, al fin se vería cumplido. Ambas, la Luna y la estrella fugaz se despidieron contemplando el semblante de la hermosa mujer, que las alegraba con ese nuevo brote de luz tan especial de su mirada.


Y al poco tiempo, la bella y hermosa mujer, que empezó a encontrarse radiante y llena de esperanza, encontró un nuevo amor, que la llenó de felicidad y ya fue para siempre…


(Európides)


 ©Este cuento tiene los derechos reservados por el autor.