lunes, 30 de mayo de 2011

Una ilusión hecha realidad


Estimados amigos y lectores:

Sé que en la actualidad, no se valora en exceso a los poetas o a los que se lanzan a la aventura de plasmar sus pensamientos en el papel y ponerlo a disposición de los demás. Y los que lo hacen, normalmente pasan inadvertidos porque conseguir la fama o conseguir hacerse con un lugar privilegiado es complicado y difícil.

Realmente, de los grandes autores como Alberti, Juan Ramón Jiménez, Lorca, Bécquer, Rosalía de Castro, Espronceda, Machado o Miguel Hernández ( por citar algunos);  de sus obras, la mayoría de las personas pueden recordar a lo sumo, un par de estrofas o algún poema en concreto. Otros poemas, han corrido mejor suerte y son conocidos por colectivos que de ese poema han hecho una tradición y es conocido por muchos. O bien, han tenido la póstuma suerte de que han sido inmortalizados con una bonita canción o por unos hechos acaecidos.

Yo no tengo ninguna fe para que en mi caso, pueda sobresalir en este sentido, aunque quienes las leen, al menos a mi, me dicen que son muy buenas o que les gusta mucho, cosa que agradezco, pues siempre viene bien el que te reconozcan alguno de tus méritos, si es que en este caso lo son, que no lo sé. Pero desde hace algún tiempo, algunos compañeros míos de la red, me vienen aconsejando sobre la posibilidad de escribir un libro de poemas y así lo hice.

Así que al final y ya decidido, he reunido algunos de mis poemas y los he incluido en un pequeño librito que me acaban de publicar, con el título Poémides, para ir en consonancia con mi blog de poemas.


Los que os habéis pasado por Poémides, conoceréis más o menos mi estilo y el sentido que le puedo dar a cada poema, en el que muchas personas confiesan verse identificados de alguna manera y comentan al respecto lo que les viene al pensamiento o extraen conclusiones propias que les pueden hacer meditar.


Y en ese sentido, es así, de un poema, cada estrofa, cada palabra dicha de una forma o de otra, da cabida y luz para que la persona que lo lee, lo interprete a su forma o según sus propias vivencias o criterios.

Por eso un libro de poesía o un libro de poemas, no tiene la necesidad de ser extenso, como cualquier otro libro. Y se asemeja más a una pintura, en la que el artista, a través de una idea representa lo que quiere hacer llegar a los demás y le da su propia interpretación, que algunos captarán , y otros captarán y verán esa creación desde otra perspectiva diferente, pero al mismo tiempo le darán una interpretación que es acorde a lo que quería en su momento reflejar el pintor en su obra.

Por eso, solamente con que uno, dos o tres poemas de los míos, fueran muy buenos, eso ya sería un gran éxito, porque hay quien escribe miles y ahí quedan, sin pena ni gloria.

Los he hecho en dos formatos y calidades, Poémides en edición de lujo (en la foto de la izquierda), con 40 páginas a todo color, con poemas seleccionados y en papel de alta calidad  satinado y que queda realmente como una joya de coleccionista porque está impreso en formato ya adecuado para los poemas. Y otro con un poco más de contenido, (en la foto de arriba)  con 47 páginas pero más económico y normalito  en cuanto al diseño y calidad del papel Poémides en edición normal (podéis ver una vista previa de los mismos, en donde se muestran algunas páginas). No descarto de momento, el ir añadiéndole contenido sucesivamente a esta edición más económica. La parte buena es que ni pesan, ni ocupan mucho, así que son fáciles de llevar en cualquier sitio, lo que suponen una gran ventaja ante otros, por ser más manejable.

En cualquier caso, creo que a quien comprenda y entienda la poesía, le va a gustar  o le puede gustar, aunque le sepa a poco en cuanto al número de páginas y poemas, pero no siempre se está capacitado o inspirado para realizar un buen poema. Y a veces, el crear uno, puede llevar días o semanas. Otros,  vienen a la mente ya escritos y salen solos y creo que nunca averiguaré el por qué.

Lo que sí os pediría es que si sois tan amables, es que os paséis por aquí o por aquí y me dejéis algún comentario con lo que os parece o si os gustan mis poemas y observaréis que hay también unas estrellitas para valorarlos del uno al cinco, que supongo que eso servirá para que suba en los puestos de valoración de los lectores o de los que lo han adquirido, que como ya os he comentado, la mayoría de esos poemas, los podréis ver en Poemides y así tener una impresión más o menos clara de lo que os podéis encontrar. La elección de tenerlo en papel o no, eso ya es cosa de cada uno y dependiendo de la forma que utilice habitualmente para leer y si le gusta la poesía, claro...

El otro día, caminando por el paseo de una playa, vi a una mujer sentada en un banco de cara al mar y leyendo un libro. En ese momento pensé en la sensación que se debe sentir cuando por casualidad, se llega a ver a una persona desconocida, que esté leyendo un libro tuyo en la playa, en el campo, en el metro, en el tren, en la ciudad... 

Muchas gracias a todos y perdonad por darme en cierta forma publicidad, pero qué menos también, que el tener el detalle de compartir con mis lectores y amigos algo que verdaderamente me hace mucha ilusión, porque todos los días, no se escribe o se publica un pequeño libro.

Un abrazo a todos.
Európides

domingo, 8 de mayo de 2011

Educar a nuestra sociedad o futuros delincuentes


La educación falla y ese error es la cuna que ayuda luego a elegir un mal camino, a estar desposeído de valores y de virtudes, dejando la puerta abierta a que el futuro de ese niño, vaya por la vía de la delincuencia o que no se adapte a la sociedad como un ciudadano ejemplar.


Efectivamente gran parte de la educación que un niño puede recibir, se cede a todo ese conjunto de actividades que hacen que esté todo el día ocupado y los padres queden sin ejercer parte de su responsabilidad como tales.


Pero esto ocurre en los padres que están preparados y en los que no lo están, pero es lo más cómodo para ellos, el que otros hagan su trabajo bien o mal. Y el resultado lo podemos apreciar en el conjunto de nuestra sociedad y tal vez se deba a la falta de sintonía entre padres y profesores, que unido a todas las carencias que presentan muchas familias, dan el resultado negativo.


Se debe de prestar ayuda a aquellos padres que por su carencias, necesitan un apoyo en la educación de sus hijos, para que de este modo tengamos el día de mañana personas íntegras, que estén capacitados para convivir y crear una sociedad mejor y más justa. 

Lo lamentable es que, como en todo, el remedio se busca cuando ya se ha caído en el error, en lugar de prevenir formando. 

Esto se ve en los Juzgados, fundamentalmente de Menores, en los que vemos esos primeros encuentros del menor con el delito, si nos fijamos, la mayoría, aunque pueda haber alguna excepción, son menores pertenecientes a familias con bajo nivel cultural, desestructuradas, con déficit de todo tipo, que suelen carecer muchas de ellas, de una figura paternal o maternal preparada que les sirva de apoyo y referencia.

Y por otro lado, está el entorno marginal, cercano a problemas como la droga. 

Es entonces cuando las instituciones imparten esos cursos formativos y de apoyo, tanto al menor como a su familia, pero ya en muchos casos es un poco tarde, y el resultado no siempre es todo lo óptimo que se desea. Se trata pues, de actuar antes de fracasar, de este modo está más garantizado el éxito deseado.

Bajo mi punto de vista creo que lo mejor sería que se hiciera algo para que esos padres carentes de un nivel aceptable para dar una educación correcta a sus hijos, asistieran de forma obligatoria a cursos, en donde pudieran aprender todo lo necesario para poder dar una correcta educación a sus hijos.


Esto, unido al esfuerzo de los centros docentes, con un buen programa de formación para ser un buen ciudadano, adaptarse a nuestra sociedad y a ser una buena persona.


Pero para eso sería necesario que existiera complicidad y coordinación entre los padres y profesores, para ir puliendo todas las carencias y fomentando el aprendizaje de los niños para conseguir esos grandes objetivos.


Al menos así lo veo yo y creo que sería lo más acertado, en vez de dejar todo en manos de los profesores, que tampoco se puede decir que sean perfectos todos, ni todo en manos de los padres, que tampoco lo son.


Pero si se vinculan y se aúnan esfuerzos, con una buena metodología para esas enseñanzas, se conseguiría mucho, más de lo que se pueda llegar a pensar.


Y por supuesto, sin adoctrinamientos de ninguna clase, como por desgracia algunos profesores por su cuenta y riesgo intentan inculcar.


Ahí podría estar la disyuntiva y la diferencia entre tener en el futuro ciudadanos ejemplares y útiles a la sociedad o despojos y carne de cañón de cárceles preparados para delinquir y consumar delitos.



En resumidas cuentas:

Cursos educativos obligatorios de Educación Formal para todos los padres si no la recibieron en su día adecuadamente y que a su vez sirvan de apoyo para sus hijos.

Cursos educativos obligatorios de Educación Informal para recuperar todos los valores y muchas virtudes de las personas que se han perdido y que a su vez puedan transmitirlos a sus hijos.

Estrecha colaboración y coordinación entre padres y profesores para conseguir entre ambos, un nivel óptimo educacional que se vería reflejado con el tiempo en nuestra sociedad y en todos los ciudadanos.


Un saludo a todos.
Európides