martes, 31 de julio de 2018

EL TREN QUE PASÓ UNA VEZ



Un día cogí tu tren…
Hubiera estado toda la vida contigo, sin pedir nada a cambio, por amor, pero me hiciste bajar en la siguiente estación.
Allí quedé esperando mucho tiempo, no sé cuánto, demasiado tal vez...
No quería abandonar, cuando realmente el abandonado fui yo y lo que para ti fue un pasatiempo, para mí fue lo más bonito que me pasó en la vida.
Por eso seguía allí, esperando un milagro, pero ese milagro no llegaba…
Hasta que al final, cansado y harto de esperar, cogí otro tren y me fui.
Conocí a una persona que desde entonces quiero, que adoro y que ha llenado de nuevo mi vida de amor.
Ahora, soy feliz.
Han pasado muchos años y ahora regresas, cuando se acabó mi espera, cuando mi vida está llena y la tuya vacía.
Y ahora soy yo quien dice no y hace que te subas de nuevo a tu tren.
Te veo marchar y siento pena, quizá por lo que pudo ser y no fue.
Pero no te echo la culpa, nadie la tuvo, fue el destino el que hablo y decidió por nosotros para que fuese así.
Te has ido…
Te deseo lo mejor…
Y yo, ahora sonrío, porque con la persona que tengo a mi lado soy mucho más feliz, inmensamente feliz, como no lo hubiera podido ser jamás contigo.

(A. S. Pérez)