Las relaciones humanas siempre nos dejan un buen sabor de boca.
En este sentido, su Majestad, el Rey Don Juan Carlos, disfruta de buena compañía en una fiesta de gala, aunque el ambiente era frio. Pero todo queda en agua de borrajas, pues uno sigue dictando y otro reinando.
Ojalá hubiera podido estar con ellos en ese momento tan emotivo, cuando Su Majestad, le obsequió al amigo Chaves, con una bonita camiseta.
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